El estrés es una de las principales causas de la pérdida de productividad en el trabajo. Según la Confederación Europea de Sindicatos, el 60% de los días de trabajo perdidos se relacionan con el estrés y los riesgos psicosociales. Además, el estrés puede contribuir al desarrollo de trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Es por eso que muchas personas buscan formas de reducir el estrés que les genera la vida diaria. En este sentido, se ha hablado mucho sobre si mascar chicle puede ser efectivo o no para disminuir el estrés.
Un estudio reciente ha recopilado y analizado una serie de trabajos para determinar si el chicle es efectivo para reducir el estrés. Según este estudio, el chicle es efectivo para reducir el estrés y la ansiedad. Además, es algo barato, fácil de conseguir y bien tolerado por el cuerpo humano. Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar estos resultados de manera inequívoca.
¿Cómo funciona el chicle para reducir el estrés?
Según algunos estudios, una de las zonas del cerebro implicadas en la reducción del estrés es la corteza prefrontal. Esta zona actúa sobre el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal y el sistema nervioso autónomo, controlando funciones cognitivas como la atención y la inhibición de impulsos. Además, el sabor del chicle y el simple hecho de mascar también influyen en los niveles de cortisol, la hormona del estrés, producida por las glándulas adrenales. En este sentido, el chicle puede ser considerado un indicador de emociones positivas de ayuda en situaciones estresantes.
Pero el chicle no solo puede ser efectivo para reducir el estrés. También puede ser efectivo para disminuir el apetito. Según algunos estudios, mascar chicle puede reducir el apetito y la necesidad de picotear entre comidas. De hecho, después de 45 minutos de mascar chicle, se puede reducir la necesidad de comer.
Además, mascar chicle puede disminuir la sensación de apetito en personas que han estado en ayuno durante 12 horas. En estos casos, se ha detectado un aumento de una proteína relacionada con el glucagón, la GLP-1, que normalmente aumenta después de comer y que se propone como un factor de saciedad.
No obstante, es importante destacar que mascar chicle de menta puede reducir las ganas de comer frutas. Esto puede afectar negativamente a la calidad de los alimentos que ingerimos. Por otro lado, si se trata de personas que han sido sometidas a intervenciones quirúrgicas abdominales, mascar chicle puede disminuir el tiempo que tarda en volver la sensación de hambre. Por eso se plantea usarlo como tratamiento postoperatorio no farmacológico que ayude a reducir la necesidad de comer y, por tanto, a reducir la inflamación postoperatoria.
En conclusión, mascar chicle puede ser efectivo para reducir el estrés y el apetito en determinadas situaciones. Sin embargo, es importante buscar soluciones más efectivas para temas de estrés o ansiedad.